Después de nueve meses de espera y un pequeño susto de última hora, Pablo ya está aquí. Es un bebé sano y precioso. Cada día que pasa está más grande, más bonito, y colma de alegría a sus padres. Es el primer bebé de esos padres, el primer nieto de sus abuelos, ...., ya os podéis imaginar, es el REY de su casa. Todas las atenciones son para él, todos los mimos son para él. Estoy convencida de que él lo percibe y sabe lo afortunado que es.
Cuando me enteré de que Pablo estaba en camino estaba preparando la lista de cosas para la caja verde de Teo. Mi primera idea fue hacer todo por duplicado, así ya podía ir preparando dos cajas de bebé sobre la marcha. Las restricciones de estos papis eran similares a las de los papis de Teo, nada de peleles, ni cubrepañales, ni jubones, ni lazos, ..., nada ñoño ni pitiflís. Pero la caja de Pablo tenía una limitación más, una de las abuelas ya le estaba preparando una super canastilla, así que también quedaban fuera de mi lista el cambiador, la bolsa, etc, etc, etc.
Si la elección del contenido de la caja de Teo me parecía difícil, el caso de la caja de Pablo parecía más bien una misión imposible. ¿Qué hacer en esta situación? Descartada la ropa y las cosas útiles para papás primerizos ¿qué me quedaba? ¿muñecos? Pues ya está, una caja llena de muñecos.
En la caja de Pablo hay:
- una mantita de apego de ganchillo
- un sonajero también de ganchillo
- unos patucos con cabeza de pato
- unos muñequitos de tela
- unos chupetes con cascabel
Al igual que me pasó con Teo, no me resignada a no incluir una prenda de ropa en el lote y decidí incluir también una chaqueta puerperium y un babero de ranitas.
Cuando ya tenía todo listo y sólo me faltaba empaquetarlo me dio por pensar que me faltaba algo. Este reaglito no era para entregar en mano, Pablo y sus papás no viven en mi ciudad, así que el regalo les llegaría por correo. Tenía la caja bonita, el papel de seda para envolver bien el contenido de la caja, pero me apetecía incluir un detalle, me faltaba la guinda del pastel.
¿Os acordáis del cochecito azul que hice para el empaquetado bonito del regalo de Javier? Pues repetí. Hice un cochecito, aunque esta vez verde, y con él preparé una tarjeta que coloqué en la caja, entre el papel de seda y la tapa para que fuera lo primero que vieran los papis al abrir el regalo.
El cochecito de bebé lo hice siguiendo el vídeo tutorial de Esperanza Rosas que podéis encontrar AQUÍ.
Una vez que la tarjeta ha cumplido su cometido, los papis pueden escoger entre guardarla tal cual de recuerdo o quitar el cochecito y usarlo para lo que más les guste.
Aquí os dejo otra foto del contenido de Pablo. En los próximos días os iré enseñando el contenido con más detalle.
La llegada de un nuevo primo a la familia se merece todo esto y mucho más, ¿no os parece?
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