Puffy Sheep

¿Quién se asoma por aquí? Pues se asoma una ovejita muy tierna que además en un cojín. El Cojín Oveja de Gallimelmas.

Corría el mes de agosto cunado vi que Mel (Gallimelmas e Imaginancias) ponía en su tienda online los kits para tejer este cojín.

En ese momento, sin venir mucho a cuento, la verdad, me vino a la cabeza una amiga de mi niña que está de cumpleaños en noviembre y me pareció el regalo ideal para ella. Digo sin venir mucho a cuento porque es una compañera de ballet y las clases aun no habían empezado así que no es que la acabara de ver y me acordara de ella ni nada de eso. Simplemente nada más ver el cojín pensé en ella. Eso tenía que ser una señal, ¿verdad?

Antes de lanzarme a lo loco a comprar el kit para tejer el cojín lo consulté con su madre. Sólo por si acaso, aunque ya sabía de antemano que la idea de un regalo hecho por mí le iba a gustar, quería confirmar con ella que un cojín con forma de oveja iba a ser del agrado de la niña.

Y sí, claro que sí, cómo no le va a gustar si es una ovejita super dulce. Después de pasar por el típico pero no hace falta que te molestes, mira que es mucho trabajo y demás cosas que se suelen decir en estos casos acordamos que el regalo de este año iba a ser ese cojín en color gris, que es muy bonito y algo más sufrido que el crudo. Así que encargué mi kit, esperé a que terminara el periodo de preventa y cuando llegó la caja, la abrí, toqueteé todo, babeé un poco con lo bien escrito que estaba el patrón y todos los detalles que incluía y lo guardé bien guardadito para no empezar inmediatamente.

Cuando se acercaba la fecha del cumple, rescaté la caja del altillo del armario y me puse manos a la obra. Me quedé gratamente impresionada de lo rápido que avanzaba la ovejita, en un visto y no visto tenía cabeza, patas, cola y una de las tapas de cuerpo.

Tocaba decidir qué hacer para el relleno. ¿Compro un cojín ya hecho de las medidas que indica el patrón? o ¿me animo y hago yo también el cojín?

Puede parecer una tontería, pero para mí era un dilema. La oveja es gris y al estirar se ven huecos entre las bolitas del cuerpo así que el cojín tenía que ser del mismo tono que la lana o similar. No iba a meter un cojín blanco, iba a cantar demasiado. No tenía claro si ir por ahí de excursión en busca de un cojín gris iba a ser una tarea fácil o complicada, pero de entrada me parecía mucho más fácil encontrar una tela de algodón gris. Seguro que la hay en cualquier tienda de telas, pensé.

Un día por otro nunca encontraba el momento de ir a por la tela y el tiempo iba pasando y se me echaba encima la fecha. Así que un día que pasaba por delante de Tejidos Casal no me lo pensé dos veces y entré. Popelín gris, por favor. No había. No me lo podía creer, algo que me parecía tan común y fácil de encontrar y no había. Pero claro, todo tiene su explicación, está dejando de trabajar telas infantiles y ya no tiene según que cosas. Pero no me rendí, yo le expliqué lo que quería hacer y él me dio la solución. Tenía una tela vaquera de camisas un poco elástica que era perfecta. Ya tenía la tela para el cojín.

Por si tenéis intención de hacer el cojín oveja y no encontráis un cojín adecuado o preferís hacerlo os diré que es muy fácil. Se hacen las tapas de la oveja y se usa de molde para cortar dos círculos de tela dejando márgenes de costura. Se ponen ambos círculos derecho contra derecha, se cosen los bordes dejando unos 15 cm sin coser. Se le da la vuelta, se rellena bien (yo usé el relleno sintético que uso habitualmente para los muñecos) y se cierra la abertura a mano. Digo "a mano" porque yo lo intenté primero con la máquina y como ya tenía el cojín llenito me costó un montón colocar bien la tela en la máquina y al final se me movió y no me quedó bien, así que me tocó descoser y cerrar a mano. Es mejor no cerrar el cojín antes de meterlo en la oveja. Vais montando la oveja y cuando esté más o menos la mitad cerrada metéis el cojín, seguís cerrando las tapas de la oveja y vais repartiendo bien el relleno y añadiendo o quitando según vaya quedando. Cuando ya esté a vuestro gusto coséis la abertura del cojín interior y termináis de cerrar el cuerpo de la oveja.

Tened mucho cuidado de seguir las indicaciones de Mel para coser sin que se os despeluche.

Para hacer el cojín se combinan varios hilos. La cabeza y el cuerpo están tejidos con Rubi Alma en color gris y aguja de 5 mm. El hocico, las orejas y las patas se tejen con Rubi Natural Medium en color beige tostado (col. 003) y aguja de 4 mm. Las pezuñas se tejen con Rubi Natural Medium en color marrón (col. 004) y aguja de 4 mm.

El patrón del Cojín Oveja es de pago y lo podéis comprar en la tienda de ETSY de Gallimelmas. Si queréis el kit completo tenéis que estar atentas a las novedades de su tienda online y pedirlo cuando lo ponga en preventa.

Me ha encantado hacer este cojín. El patrón viene explicado con todo lujo de detalles. Es una labor muy agradecida porque ves mucho avance en poco tiempo. El resultado es un cojín con una ovejita super tierna que gusta mucho a mayores y a pequeños.

Me consta que a la cumpleañera le gustó su regalo. No sé si le habrá gustado más o menos que el regalo del año pasado, ¿os acordáis del cuello de peluche y de la elefantita Emily? Creo que después de este cojín voy a tener complicado buscar regalo el próximo año.

Ah, se me olvidaba, bautizamos a la ovejita antes de regalársela, como está tejida con punto puff y es una oveja pues se llama Puffy Sheep. ¿Qué os parece?

Aunque de entrada al ver a Puffy Sheep sólo veáis un simple cojín, si os fijáis un poco veréis que en el fondo es mucho más. Es una amiga incondicional para una preadolscente. Esa amiga que siempre está ahí, que puedes abrazar, a la que le puedes contar tus secretos porque sabes que no se va a chivar, la que te mima cuando estás un poco triste, cuando te sientes incomprendida, la que te apoya cuando estás nerviosa. Esa es Puffy Sheep.

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